Plumas ajenas Daniel Vidart

El hombre, puente tendido entre el homínido y el humánido merced a la aparición de la cultura, deja de pertenecer al ecosistema del azar, la necesidad y el instinto, y erige, guiado por la voluntad y la inteligencia, el antroposistema de la criatura que sabe que va a morir y procura inmortalizarse con sus obras.
Así como la unidad estructurante de la hilosfera es el “campo unificado” del corpúsculo y la onda y la unidad autocatalítica de la biosfera es la célula, la persona es la unidad de la antroposfera.

(Vidart, 1997)

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