Edward Hopper
(1882- 1967) Hotel en el oeste (1957)
Todo
indica que existe una afinidad profunda entre el término griego filoxenia (literalmente, afinidad con el
extranjero o extraño) y el latín hospitare
que significa ‘recibir como invitado’. Hospitalidad deriva en hospital, en hospicio y también en hostal.
En los términos se encuentra una virtud que consiste en brindar bebida,
alimento y alojamiento a extraños congéneres, a estos Otros que necesitan de
unas formas básicas del afecto humano.
Trata al visitante así como te gustaría ser
tratado en lugares extraños, tal el principio fundante de
una actitud que deviene, con la historia, en una profesión. Nada más halagador
para un hospitalario es que su hospedado se sienta como en casa.
Y sin
embargo.
Edward Hopper
(1882- 1967) Habitación de hotel
(1937)
Hay
en el pasajero una forma de la melancolía, que tan bien retrata Edward Hopper.
Ciertamente, nos resulta ahora factible vencer largas distancias, disponemos de
aceptables comodidades materiales, pero no es fácil siempre olvidar todo lo que
nos ha dado lugar propio allá lejos y hace tiempo. Tenemos a veces habitaciones
cómodas, bien equipadas y muy impersonales.
Pero
la melancolía del viajero no se mitiga con el confort material del sitio
físico: sólo se aplaca en algo con la calidad humana del hospitalario.
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