Prácticas, representaciones y acciones

Georg Schrimpf (1889- 1938) En el balcón (1927)

No hay nada más práctico que una buena teoría
Kurt Lewin
Habitar constituye un conjunto estructurado de prácticas.
Por su parte, una práctica social resulta del alineamiento operativo de representaciones con acciones. Así, habitar es una praxis que aúna teorías con conductas
Estas teorías tanto se aplican a la concepción, como al proyecto, la construcción  e incluso en la implementación. Cada teoría tiene adscritas diversas acciones.
De esta manera, las acciones que impulsan la constitución de una conducta habitable se ven mediadas por representaciones sobre el ser y, sobre todo, el deber ser de la cuestión. ¿Cómo es que viviremos, según un legítimo fondo de deseo?
A la concepción le sigue de cerca el proyecto. Todo habitar resulta de una anticipación ideal, más o menos minuciosamente deliberado. La cuestión de cómo conseguir vivir en cierta forma llega a verificarse según unas acciones que siguen un plan.
El proyecto se manifiesta objetivamente en una construcción. Puede ser, en ocasiones, una construcción material, pero siempre es un constructo. Y lo es porque el modo de habitar se forja con materiales y energías, sí, pero también con ideas y valores.
Finalmente, la implementación habitable también instrumenta tanto representaciones como acciones, ya que cada gesto adquiere, en un contexto dado, un significado preciso. Es a la luz de estos significados que el ciclo de prácticas vuelve, una y otra vez, sobre sí mismo.

Habitar constituye a la vez una historia y una geografía practicadas

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