Ilan Molcho Casa bereber, 2007
La arquitectura, vista como una
disciplina social y humanista, ha sido desde el irrumpimiento de la modernidad
víctima de un lento pero seguro desprendimiento de sus dimensiones espirituales
y filosóficas. En su lugar, se ha dado paso a una actividad que obedece a los
principios y razonamientos del mercado, regido éste por el capitalismo salvaje
que caracteriza a nuestra época. Por lo anterior, esta gran disciplina ha terminado
por ser disminuida a poco más que mercancía inmobiliaria, con un valor
comercial y monetario fijo, pero sin fundamentos filosóficos convincentes que
apoyen su existencia ni, por tanto, la labor creativa de los arquitectos.
Juan
Luis Burke, 2011
¿Qué
es esto de una poética arquitectónica
humanista?
Se
trata, en primer lugar, de la producción social de una arquitectura con vocación de vida1, esto es,
una arquitectura que no se materializa en puras cosas construidas sino que se
objetiva superiormente en las mejores relaciones posibles entre las personas y
esas cosas construidas.
Asimismo,
una poética tal, concebida como producción social, no se reduce a las formas
excepcionales del talento creativo de ciertos profesionales, sino que es una
expresión corriente de la cultura de toda una sociedad que contribuye orgánica
y sistemáticamente a la consecución de su propia arquitectura.
Una
poética tal, en síntesis, en la que no quepa la menor duda que es la condición
humana la causa final de toda empresa arquitectónica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario