El empaque en los gestos cotidianos

El arco de la Rua Augusta, Lisboa

Cuando las calles corrientes van a dar a una plaza corriente, simplemente se separan las fachadas y se expande el lugar.
Pero en la Rua Augusta de Lisboa, cuando se decide a desembocar en la Plaza del Comercio las cosas no se resuelven sino de un modo grandioso. Sucede una puerta triunfal y con ella la magia que permite anticiparse desde lejos, traspasar el arco con el adecuado aparato y expandir cuerpos y almas en la vasta explanada, dominada por la estatua ecuestre de Don João.

Los lisboetas tienen allí, en lugar de un Palacio Real, una maravilla urbana, de la que todos disfrutamos, incluso el mismísimo soberano.

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