Ilustración
comercial de una sala de estar moderna
Las ideologías nos separan, los
sueños y la angustia nos unen.
Eugène
Ionesco
Por
el imperio de ciertas condiciones sociales y culturales, nuestras
representaciones del habitar constituyen, de forma persistente, formas de
ideología.
Es
que tendemos a cosificar nuestros deseos, traicionando así a nuestras propias
demandas de fondo. Mientras que el habitar es, en sustancia, una relación de
los sujetos con las cosas, nuestra conciencia se desplaza, falazmente, a las
cosas en sí. Esto conduce a alienarnos del propio habitar para sustituirlo por
una demanda de cosas, las que ¡oh
casualidad! aparecen súbita y espontáneamente, como mercancías más o menos a la mano. Con esto, la superchería se
completa.
Es
por ello que debemos desandar, no sin dificultades, este camino. Pero a no
dudarlo, la deconstrucción del mecanismo ideológico nos pondrá,
inexorablemente, ante nosotros mismos en nuestra condición esencial.
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