Hacia una poética arquitectónica humanista (IV)

Assilah, Marruecos

Enséñame a vivir de la manera que tú lo haces para poder ver el mundo a través de tu entendimiento.
Juan Downey

En el semblante de la arquitectura uno puede verse a sí mismo y reconocerse como participante pleno de un espacio y un tiempo concretos, ya que, en el fondo, la condición humana es la causa final de toda empresa arquitectónica sana, auténtica y lograda.
Pero, naturalmente, la ideología suele impedirnos tal visión especular. De esta manera, las fisonomías de los artífices profesionales y los modismos de las clases privilegiadas suelen dominar en una subcultura arquitectónica aún hegemónica.

Sólo cuando nos liberemos de ciertas antiparras engañosas y sólo cuando sepamos instruir a nuestros arquitectos nos podremos ver reflejados, sin distorsión, en nuestras auténticas formas arquitectónicas.

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