Josep Masana
(1892-1979)
Existe una fuerte identidad entre
la piel desnuda y la sensación de hogar. La experiencia del hogar es
esencialmente una experiencia de calidez íntima. El espacio de calidez
alrededor de una chimenea es el espacio de la intimidad y confort finales.
Marcel Proust ofrece una descripción poética de un espacio hogareño tal como se
siente por la piel: "[Una] especie de alcoba impalpable, de cálida caverna
abierta en el mismo seno de la habitación, zona ardiente y móvil en sus
contornos térmicos" . Para mí, el sentido de vuelta a casa nunca ha sido
tan fuerte como cuando veía una luz en la ventana de la casa de mi infancia en
un paisaje cubierto de nieve al anochecer, la memoria del interior que
suavemente calienta mis miembros congelados. El hogar y el placer de la piel se
convierten en una sensación singular.
Pallasmaa,
2005
Toda
teoría factible del confort arquitectónico se debería escribir sobre la piel
humana.
¿Hasta
qué punto la casa significa, en su fundamento último, una sagrada calidez
íntima? No se trata en este caso de una sofisticada y extraña intuición, sino
de una sensación tan tenue como familiar. Quizá si dejáramos hablar al cuerpo
con su voz propia éste nos revelaría las claves que estamos buscando con la
vista perdida en las direcciones equivocadas.
Es
necesario sentir la arquitectura con la piel, prestar oídos a sus mensajes y,
sobre todo, pensar en consecuencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario