William
McGregor Paxton (1869 – 1941) Dejando el estudio (1921)
La habitación de los
umbrales tiene una tensión particular. El habitante muta dramáticamente de
estado. Abandonamos unos ámbitos, una etiqueta y una actitud física y emocional
para abordar otros, y al hacerlo, cambia uno en la historia de la vida. Pero durante el acontecimiento y la situación
del umbral, vibramos con una cierta inquietud.
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Esta
pintura me ha resultado peculiarmente inspiradora.
El
encanto radica en la situación de umbral, en la tensión emocional de su
atravesamiento. Cuando empezamos a considerar el habitar de los lugares,
solemos incurrir en una evocación de estancias, de demoras en ciertos ámbitos.
Pero el atravesamiento de umbrales tiene un interés existencial que puede
promover una atención peculiar a la contextura arquitectónica de éstos.
De
esto proviene un moroso encantamiento con puertas, arcos, ventanas y balcones. De esto proviene una
atención particular a los modos activos de habitación: los tránsitos y los
atravesamientos.
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