Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (XXVII)


Romualdas Pozerskis (1951)

El cuerpo sabe y recuerda. El significado arquitectónico deriva de las respuestas y reacciones arcaicas que el cuerpo y los sentidos recuerdan. La arquitectura tiene que responder a los rasgos del comportamiento primigenio conservados y transmitidos por los genes. La arquitectura no sólo responde a las necesidades intelectuales y sociales funcionales y conscientes del habitante de la ciudad actual; debe también recordar al cazador y agricultor primigenio que se oculta en el cuerpo. Nuestras sensaciones de confort, protección y hogar están enraizadas en las experiencias primigenias de innumerables generaciones. Bachelard las llama "imágenes que hacen salir lo primitivo que hay en nosotros", o "imágenes primordiales” “La casa natal ha inscrito en nosotros la jerarquía de las diversas funciones de habitar. Somos el diagrama de las funciones de habitar esa casa en concreto y todas las demás casas no son más que variaciones sobre un tema fundamental. La palabra hábito es una palabra demasiado gastada para expresar ese enlace apasionado de nuestro cuerpo que no olvida la casa inolvidable", escribe sobre la fuerza de la memoria corporal.
Pallasmaa, 2005

La hipótesis es seductora.
Aquí se ha sostenido que es el cuerpo humano vivo y en movimiento el arquitecto primordial del lugar. Puede que mucho aprendamos sobre la arquitectura si fuésemos capaces de arrojarnos al abismo interior, allí donde pudieran oírse las voces —primigenias, arcaicas, fundamentales— del cuerpo y de su núcleo sensible más íntimo.
Trabajaremos encarnizadamente sobre esta hipótesis.

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