Hay un desajuste o una
distancia entre la vida y sus posibilidades, entre los hechos y los valores,
entre lo que hay y lo que tendría que haber, entre lo que sabemos y lo que
siempre entendemos que se nos escapa aunque no sepamos qué es. La lista de
desajustes es infinita, porque son las múltiples caras de una misma distancia:
la que recorre a velocidad infinita el pensamiento de un ser finito. Un ser
finito, nosotros: eso que no sabemos dónde empieza y donde acaba pero que provisionalmente
localizamos en el espacio y el tiempo como nosotros, los humanos. ¿Cuáles son
los límites y las condiciones de posibilidad del pensamiento que se rebela contra
su propia finitud y contra sus propios límites? Eso es lo que hace el
pensamiento: ir más allá de lo que inmediatamente somos, pero no para encontrar
cualquier cosa, sino algo que sea, de algún modo, verdad.
Marina
Garcés
No hay comentarios.:
Publicar un comentario