Reescrituras (XXV): Los sueños. Modos de dirigirlos

Anónimo. Portada del libro Los sueños de Hervey de Saint-Denys (1867)

Por ahora, se trata de soñar e intentar cultivar el sueño lúcido, materia ilustrada por este libro, del que apenas hemos salvado la portada. Soñar, en todo caso, en que otro mundo es posible.


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El ejercicio de la duda y la conjetura demanda mucho rigor para ser considerado un ejercicio verdaderamente filosófico.
Por esto es más apropiado a la humildad reivindicarse como soñador, como onironauta, navegante de ensueños tan desprovisto de brújula como animado por las ansias del puro navegar.

Lástima grande que sólo llegáramos a atisbar la mera promesa de dirigir, con medios adecuados, la embarcación ebria del sueño.

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