A confesión de parte (V)


La Sebastiana, residencia de Pablo Neruda en Valparaíso

“Siento el cansancio de Santiago. Quiero hallar en Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojala invisibles. No deben verse ni escucharse. Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica. Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio cerca. Además tiene que ser muy barata ¿Crees que podré encontrar una casa así en Valparaíso?”
Pablo Neruda, 1959

Original, pero no incómoda, demanda el poeta.
El individualismo moderno, aun debatiéndose en su actual agonía, proclama su demanda de originalidad, de una singularidad que oficie a título de esbozo identificante.
Pero la originalidad puede deberse al narcisismo del alarife.
Por ello es sensato reclamar un positivo y comprobable confort. Lo que no es sacrificable ni aún al narcisismo propio es la comodidad.
Las cosas claras, desde un principio.

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