A confesión de parte (VII)


La Sebastiana, residencia de Pablo Neruda en Valparaíso

“Siento el cansancio de Santiago. Quiero hallar en Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojala invisibles. No deben verse ni escucharse. Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica. Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio cerca. Además tiene que ser muy barata ¿Crees que podré encontrar una casa así en Valparaíso?”
Pablo Neruda, 1959

Ni muy grande ni muy chica.
La cuestión del tamaño conforme es aquí sencillamente formulada. En realidad, la casa que efectivamente se construyó, La Sebastiana, abunda en metros construidos, pero no resulta ampulosa. Es una casa profunda, ya que aloja en su seno la más aluvional de las colecciones de objetos que pueda concebirse. Se desarrolla poderosamente en vertical, buscando el cielo y se expande hacia el Pacífico, disponiendo de gran parte de la Ciudad como si un variopinto tapiz se tratase.
Decididamente, la casa no puede ser ni muy grande ni muy chica.

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