Comentarios preliminares sobre la Nueva Agenda Urbana (IV)

5. Al reorientar la manera en que se planifican, se diseñan, se financian, se desarrollan, se administran y gestionan las ciudades y los asentamientos humanos, la Nueva Agenda Urbana ayudará a poner fin a la pobreza y al hambre en todas sus formas y dimensiones; a reducir las desigualdades; promover un crecimiento económico, sostenible, inclusivo y sostenido; lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a fin de aprovechar plenamente su contribución vital al desarrollo sostenible; mejorar la salud humana y el bienestar; fomentar la resiliencia; y proteger el medio ambiente.  

Nueva Agenda Urbana
Declaración de Quito sobre Ciudades y Asentamientos
Humanos Sostenibles para Todos, 2016 (Hábitat III)

¿Ingenuidad o mala fe?
¿Cómo puede sostenerse, en un texto elaborado por un colectivo de especialistas que la pobreza, el hambre, las desigualdades, la insostenibilidad y otras cuestiones son afectadas por imperio de la planificación, diseño, financiación, desarrollo, administración y gestión de las ciudades?
Probemos con la hipótesis de la ingenuidad.
Afirmar algo semejante equivale a sostener que el desarrollo urbanístico es causa del desarrollo socioeconómico. Pero lo que sucede, en realidad, es que es apenas una de sus consecuencias.

Pero si probamos con la hipótesis de la mala fe, entonces resulta más que claro que los redactores de esta Nueva Agenda omiten toda mención a la necesaria intervención política y económica en la base material del ordenamiento social como condición previa y concomitante para el desarrollo urbano.

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