Mensajes en botellas lanzadas al mar

In memoriam Sergio Watenberg

Los libros, dijo una vez el poeta Jean Paul, son voluminosas cartas a los amigos.
(Sloterdijk, 1999)
En el primer día en que concurrí a la escuela, se sentó a mi lado un inquieto sujeto que me soltó, sin más preámbulo:
—¿Quieres ser mi amigo?
Me conmovió eso que mucho después llamaría prodigio a la vez de la sinceridad y de la sociabilidad.

Como nunca tuve el valor suficiente para llegar a estos extremos, me dedico torvamente a escribir en mensajes envasados en botellas al mar, a ver si consigo que alguien considere oportuno incluirme en su círculo de amistades.

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