En la
actualidad es tanta la fascinación por el diseño arquitectónico que la propia
arquitectura queda reducida a una cosa
magnífica.
Conviene
recordar, sin embargo, que la vida, la inteligibilidad y la identidad de las
personas son aspectos que no pueden ser siempre
soslayados.
Arquitectos
oficiantes de tales arquitecturas: no se quejen de los grafitis. ¿Quién arrojó
primero su violenta piedra simbólica?
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