En lo
que toca a la habitación de la profundidad
perspectiva, esta se habita según se marcha a su través, pero en lo que
hace a la profundidad interior, la
cuestión de su habitación es diferente.
En
efecto, la habitación de un interior, en
tanto tal —y conviene reparar en la especificación— supone no tanto una
simple marcha, sino una práctica de invasión o intrusión: un adentramiento cabal. Aquí se propone
investigar las colpoprácticas, esto es, las conductas y prácticas que vuelven vívidos y propios los interiores
habitados. Se presume que se trata de prospecciones
y no ya de exámenes perspectivos clásicos.
El
análisis concienzudo de la habitación de las alcobas, con sus experiencias más
entrañables arrojará luz sobre algo que tenemos ante los ojos, pero aún no
podemos ver.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario