Ferdinand Knab (1834–1902) El portón del palacio (1881)
Tiene
mucha razón de Molina, lo primero es la distancia: interpuesta una articulación
arquitectónica que distingue Aquí de Allá, se mide las distancias. Una, propia
del aquí es vivida, otra, situada allá, es infinita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario