El módulo del paso

En cierta novela que leí hace ya mucho (¿Balzac, Hugo, Stendhal?) se describía el errar meditabundo de cierto personaje bajo la expresión: medía la habitación con sus pasos.
Esta locución me pareció afortunada porque, en cierto modo, nuestra forma de medir y vivir en los lugares supone marchar y tomar nota de su extensión a través del módulo de los pasos. No se trata de una medida matemática muy precisa, pero, desde el punto de vista de las vivencias del cuerpo, es acaso insustituible. Equivale a apreciar el tiempo con el ritmo de la respiración o una amplitud operativa con la extensión de los brazos.

¿Qué decir de cuántas cosas valuamos al afrontar el tránsito por una escalera?

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