La antropología contempla la
alimentación humana como un fenómeno sociocultural: todos los animales se
alimentan, pero sólo el ser humano cocina, y ese saber es fruto de una
experiencia en la relación con la naturaleza que le puede suministrar
substancias para sobrevivir, consumidas en crudo o modificadas según diferentes
procedimientos de cocción. Los hábitos alimentarios pueden ser materia
antropológica o de la historia de la alimentación, así como los procedimientos
de cocción y conservación.
Manuel
Vázquez Montalbán, 2008
Quizá
sea una de las primigenias sobreelaboraciones de la conducta humana.
No
basta ya con recoger o carroñear. Ahora, por obra del poder transformador del
fuego, es posible distinguir radicalmente entre lo crudo y lo cocido. Esta
articulación es naturalmente precedida por la regla que opone lo que se come de
las sustancias tabúes gastronómicas. También es cierto que se abre una brecha
entre la pura nutrición y la cultura del ritual complejo de la cocina.
Cocinar
parece ser una de las formas más primitivas de trabajo y de ahí la emergencia,
quizá inaugural, del propio concepto de valor.
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