No se
vive muy lejos del agua.
Ya
para la bebida como para la purificación, el agua dulce es especialmente
apreciada en su carácter de elemento tan primario como mítico. Algo singular
sucede cuando nos podemos asomar a su superficie calma y descubrir,
inauguralmente, que estamos allí, que
tenemos efectivo lugar.
Mientras
que un mundo se abre con la manipulación de las cosas, nuestro reflejo
primigenio nos impone como existencia efectiva en el espacio y en el tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario