El asimiento con las manos
animales es sólo un escalón previo de la configuración del mundo. Sólo cuando
una mano coge las cosas, las encuentra manualmente o las arregla
manipulándolas, comienza la transformación de lo que está y queda en derredor en
algo utilizable.
Peter
Sloterdijk, 2004
El
lugar habitado es, en gran medida, el lugar de las cosas que están a la mano.
Mediante
la vocación novísima de las manos por el asimiento, algunos primates devienen
homínidos. Una porción de los elementos
del ambiente se deja manipular y con ello, adviene un mundo.
En
cierto sentido quizá evolutivo, comenzamos a habitar por intercesión de las
manos. El mundo se inaugura con trabajo.
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