El propósito del arte es el de
impartir la sensación de las cosas como son percibidas y no como son sabidas (o
concebidas). La técnica del arte de 'extrañar' a los objetos, de hacer
difíciles las formas, de incrementar la dificultad y magnitud de la percepción
encuentra su razón en que el proceso de percepción no es estético como un fin
en sí mismo y debe ser prolongado. El arte es una manera de experimentar la
cualidad o esencia artística de un objeto; el objeto no es lo importante.
Víktor
Shklovski
Hay
otra implementación de la extrañeza: volver visible esas cosas que
transparentadas por el hábito se vuelven evanescentes.
Se
trata de preguntarse de qué manera hemos llegado a efectuar tales o cuales
ceremonias o rituales cotidianos, sin apenas pensarlo. De qué manera han pasado
a constituir meros mecanismos en donde la eficacia triunfa sobre la conciencia.
De qué manera hemos llegado a considerar obvio o natural hacer ciertas cosas
que respondieron quizá en algún momento a un adecuado ajuste de conductas, pero
pueden no ser estrictamente apropiados a nuestras circunstancias.
La
extrañeza no sólo es un recurso estético posible, también tiene valor
heurístico.
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