Anónimo. Maria
Reiche observando las figuras de Nazca (1946)
Léase
con provecho el artículo de Santiago de Molina:
Allí
se pone de relieve cuánto pueden hacer las personas inteligentes con una simple
escalera de mano: elevar el horizonte para conseguir ver algo más.
Porque sin cambiar el lugar desde donde se mira,
sin cambios de mirada, no hay cambios de otro orden. El resto permanecen
mirando, pero solo el que ve ligeramente más lejos puede cambiar el punto de
vista de los demás. Así pues hay que insistir en el esfuerzo de llevar la
dichosa escalera
Santiago
de Molina, 2016
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