En contra de la banalización del confort

Guy Rose (1867- 1925) Junto al fuego (1910)

La actual banalización del confort tiene al menos dos efectos: por un lado, reduce la idea de confort a una insignificante sensación de muelle e indiferenciada situación pasiva; por otro, reduce a la consecución del estado de confort a la pura disposición de algún chisme mecánico que responda al inane gesto de apretar un mando a distancia.
Esto no se produce sin consecuencias. El adelgazamiento y rarificación del concepto de confort lo diluye en una desarticulada catarata informe de requerimientos puntuales, para los cuales, habrá y no por casualidad, la correspondiente solución en algún género de mercancía ad hoc.

Es preciso tratar el desafío del confort con toda la profundidad que demanda y con toda la integralidad que el tema merece. Y conviene revisar críticamente toda esa proliferación de presuntas comodidades que operan apenas como ilusorios sucedáneos de una efectiva calidad de vida.

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