Henri Manuel
(1874-1947)
En todo
sitio habitado, en todo lugar, la presencia humana escribe una mitografía
mediante la disposición de los atrezos.
Cada
objeto adquiere, en su situación relativa, un significado que se asocia en un
acto de sentido que contornea el cuerpo y lo hace partícipe constituyente de su
lugar. Así, cada gesto, cada movimiento del cuerpo, supone una relectura
constante de un mensaje palpitante: Aquí
se vive, en el sentido humano de la expresión. Mediante las constantes
verificaciones de los roces, las cosas y las efusiones del cuerpo se reconocen
mutuamente; cobran significados, devienen significados, desvelan significados.
De esta
forma, los lugares constituyen textos y la existencia humana tiene allí y
entonces su pleno y hondo significado.