Paolo Gasparini
(1934)
No debe
confundirse la buena vida con la realización individual, sino que es preciso considerarla
como un marco de relaciones intersubjetivo que ampare la condición humana como
fuente de derechos.
La
buena vida es asunto social y comunitario. Se trata de un escenario humano que
ampara su promoción y desarrollo. Por ello, la actitud de lucha por el cambio
social es imperativa e insoslayable. La buena vida no radica en el acceso
calificado de bienes satisfactores de demandas ni en la resignación a la vida constreñida
a la austeridad, sino que responde a la construcción consciente y deliberada de
condiciones de adecuación, dignidad y decoro tal como se las pueda asegurar
para todas las personas por igual, en un marco histórico de despliegue de
condiciones de producción de la vida social.
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