Dimensiones de la buena vida (VI)


Sebastián Salgado

Por encima de la altura a la que podemos alcanzar con las manos está la dimensión moral del lugar que poblamos.
La magnitud de la altura es aquella que contiene y distribuye los juicios: en lo bajo, lo sencillo, práctico y cotidiano, mientras que a las alturas está proyectado lo problemático, lo especulativo y lo que adviene. La altura por encima de nuestros cuerpos erguidos constituye la escala relativa de nuestro lugar. El constreñimiento en altura es la medida en que nuestra vida resulta mezquina, mientras que el exceso se torna no hospitalario. En la altura comenzamos a vislumbrar de qué se trata el complejo problema de la magnitud conforme.
En cada situación hay, efectivamente, una altura conforme a la adecuación, la dignidad y el decoro, pero sólo podemos intuirla aún de modo no suficientemente preciso. Quizá porque la altura conforme no es asunto de cintas métricas y algoritmos simples, sino de un sentido humano singularmente sutil.

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