Cuando
la ciudad deviene en metrópolis, la mancha urbana se expande sobre el
territorio circundante.
En el
interior del área sobreextendida quedan, aquí y allá, reductos olvidados,
enclaves recónditos, tierras-de-nadie que rarifican las tramas urbanas. Estos
lugares suelen ocuparse con conjuntos
habitacionales, que resultan agregados residenciales desprovistos de
adecuadas articulaciones con la estructura de la ciudad que contribuyen a
colmatar.
Los
denominados conjuntos habitacionales se presentan como una solución técnico
política a las demandas sociales, pero,
al ocupar estas zonas erróneas de la ciudad, ¿no estaremos legando al futuro
violentos problemas sociales?
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