4.
La
cocina tiene sus componentes propios que aseguren el uso racional de la pequeña
cantidad de espacio dado. La distribución de cada una de sus partes debe ser
hecha pensando en una sabia solución al trabajo de la cocina.
Una
idea ciertamente fructífera que se sustenta en un círculo: la cocina es sólo un
lugar de trabajo porque dispone de una pequeña cantidad de espacio dado y es
pequeña porque sólo es un lugar de trabajo. Más que argumentos racionales, se
alían y confabulan dos presiones socioeconómicas: la minimización del espacio y
el incremento de la productividad doméstica.
Mientras
que en las antiguas cocinas reinaba la progenitora con su corte de parientes
convocados por los aromas de la comida, emblemas de la domesticidad, en la
cocina moderna impera un orden higiénico optimizado para el trabajo solitario y
confinado de apenas un oficiante eficiente.
Con
cosas así es que vivimos en la actualidad.
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