Henri
Matisse denominó un cuadro suyo como Le
silence habité des maisons.
(Véase
la entrada del 27 de septiembre de 2016.)
Hemos
dicho antes que hay cuadros que son tesis completas; en este caso, encontramos
que lo es el título.
Así
como la casa abre un espacio, bajo la especie de jora, esto es, una vacancia que se brinda al ser de la vida y las
cosas, también abre un silencio, un aire calmo para que proliferen los hálitos
del habitar.
Todas
las palabras van a dar al silencio, a la espera que otras sean las voces que
canten. La casa las oye.
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