Existir sin habitar

Janez Šubic (1850- 1889) Carta (1878)

Habitar es el modo en que son los mortales en la tierra
Heidegger.

Con la aseveración citada, el pensador parece asimilar, punto por punto, el habitar a la existencia.
Sin embargo, hay que reparar en dónde es que habitar se asimila a la existencia: en la tierra. Aquí sospecho que debería formularse, con mayor cuidado, el siguiente enunciado:
Porque existen, los mortales habitan constituyendo lugares en la tierra, aunque también constituyen otras circunstancias de diferente naturaleza.
En esta oportunidad, voy a concentrarme en una forma de existir que no implica, necesariamente, habitar.
Cuando yo digo “aquí” (con lo que constituyo lo que se llama un speech act o acto de habla) refiero a una situación espacial (terrestre) propia de mi cuerpo en ese momento o tan próxima como para poder indicarla con un dedo. “Aquí” tiene una precisa indicación espacial y temporal compartida con mis interlocutores, en tanto cohabitamos un lugar.
Sin embargo, cuando yo escribo “aquí” ese término no denota mi lugar y circunstancias en la tierra —en el espacio—, sino que indica apenas un punto en mi discurso. Nadie podrá negar que existo en tanto soy capaz de originar este alegato, pero, en un futuro que apenas puedo imaginar, cuando usted, lector, lea estas líneas, “aquí” no designará ningún punto de la tierra que, por obvias razones, no podemos compartir. Aún en estas condiciones puedo incurrir en “aquí” con sentido comprensible y compartible.

En el discurso, existo, aunque no en la tierra, de modo estricto. En la tierra, espero habitar cuando usted me lea. Será una cuestión de salud.

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