Una mirada otra

Caspar David Friedrich (1774–1840) Monasterio en ruinas (1825)

El romanticismo no se halla ni en la elección de los temas ni en su verdad exacta, sino en el modo de sentir. Para mí, el romanticismo es la expresión más reciente y actual de la belleza. Y quien dice romanticismo dice arte moderno, es decir, intimidad, espiritualidad, color y tendencia al infinito, expresados por todos los medios de los que disponen las artes.
Baudelaire, 1846

Ante el espectáculo de una ruina arquitectónica, George Simmel ha observado la resolución de un conflicto entre la humana voluntad de conformación y la oposición activa de la naturaleza, resuelto este dilema en favor de ésta última. También es dable ver que la ruina revela el tiempo como dimensión de lo arquitectónico, por sobre la configuración espacial. Lo que parece también claro es que la escena romántica de unas ruinas es un relato de una lucha que interpela al sujeto contemplador, invitándolo al compromiso emocional de la melancolía.

El ideal romántico reside en transmitir la recreación de cierta belleza que aporta la confluencia del tiempo de lo pasado con el tiempo de lo percibido. La decadencia de la ruina como paso del tiempo configura un gusto hacia la degradación, lo desconocido y el misterio de lo deshabitado o no habitable.  
Rafael Gómez Alonso, 2016


Una mirada otra nos descubre nuestra necesaria participación emocional con una descubierta naturaleza vital, conflictiva y temporal de los lugares habitados por el hombre.

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