Abraham van
Strij (1753–1826) Ama de casa (1811)
Por
lo general, los arquitectos nos contentamos con describir y valorar los
pormenores espaciales de un lugar.
Por
cierto que hemos estudiado a fondo el asunto. Sin embargo, también deberíamos
aplicarnos a complementar estas visiones con una comprensión profunda y
operativa del obrar humano en los lugares. En efecto, un lugar es lo que es,
sustancialmente, por lo que las personas hacen de éste.
Es
que la consideración puramente espacial de la arquitectura es una abstracción,
mientras que es la vida humana lo que ofrece contenido y sentido concretos a
los lugares. La consideración puramente espacial es operativa para tratar con
las cosas construidas, pero lo cierto que los lugares son estructuras
vinculares entre las personas y los sitios, en donde son las primeras las que
proyectan su condición de existentes.
Y es
al servicio de la existencia de los mortales que hacemos arquitectura
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