Murmullos en los pasillos

Gabbyly (s/d) Colegio católico Montini en Lombard, Illinois. (2010)

Quiso la historia de la arquitectura moderna que se estableciera una suerte de división de clases en los ámbitos arquitectónicos. Ámbitos “de servicio” y ámbitos servidos.
A corredores y pasillos le corresponde, por lo general, una función ancilar. De allí que los tránsitos por los corredores de un hospital sean inquietos y preocupados (Prohibido estacionarse en los pasillos, nos amonesta la Autoridad), las marchas por los de los hoteles son furtivos, los desplazamientos por los domésticos, por su parte, resultan discretos y murmurantes, no sea cosa que se moleste a las personas que habitan las habitaciones.
Pero es inevitable que habitemos en un pasillo, en tránsito de una habitación a otra. Y allí, marchamos decididamente, procurando mitigar todo ruido y distracción; buscamos nuestra puerta y no nos detendremos hasta llegar a ella.

Un buen y servicial pasillo es uno bien iluminado, de geometría simple, generoso en amplitud y despejado de todo obstáculo para el desplazamiento. También algo triste, para qué negarlo.

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