La poética del habitar, una poética de acción vital, en principio


Vadim Stein (1967)

¿Dónde buscar la poética del habitar?
Es preciso buscarla en la poética de la acción vital. La más consumada estetización de esta poética la constituye la danza, arte de la práctica corporal del espacio y el tiempo. Pero no debe uno quedarse con la maravilla de estos cuerpos gráciles y sobredisciplinados. Se debe entender que las danzantes vuelven excelente y excepcional una virtud cotidiana de todos los cuerpos humanos. Tal virtud es la conquista del lugar mediante la acción vital, según las coreografías propias de las urgencias y hábitos de la vida cotidiana.
De este modo, conmovidos por la belleza de lo excelente, tornaremos a dirigir nuestra atención a las danzas corrientes de las personas que se afanan en tener su lugar allí donde pueblen, donde su vida ocupe espacios y tiempos, donde su vida corriente encuentra su morada.
Y aprender mucho de ello.

Una virtud poética para cultivar la estructura fundamental del lugar


Jehad Nga

La sensibilidad, el entendimiento y la comprensión no son de modo alguno suficientes para dar cumplimiento a la estructura fundamental del lugar.
También es preciso coronar todo el proceso con un decidido resultado poético. Con la percepción, el entendimiento y la comprensión sólo tenemos sobre nuestras espaldas los recursos cognoscitivos y ético-prácticos, pero es imperativo hacer algo con ellos. Y hacer algo es una tarea poética, por definición. Para ello es necesario percibir y entender cómo es que la propia vida llega a producir la estructura fundamental del lugar, esto es, cómo es que la condición humana habita su lugar produciéndolo a su imagen y semejanza. Porque la tarea arquitectónica de la hora es una interpretación atenta, sensible y facilitadora de los pujos de la vida en los lugares.
Dejemos entonces a la vida llegar a ser y aprendamos la sabia humildad de ponernos a su servicio.