Lo real no es nunca “lo que
podríamos pensar” sino lo que hubiéramos debido pensar. El pensamiento empírico
es claro después, cuando el aparato de las razones ya está a punto. Volviendo
sobre un pasado de errores, encontramos la verdad en un verdadero arrepentirse
intelectual.
Gaston
Bachelard, 1971
En el
presente estadio de la cuestión que nos ocupa, es necesario forjar el necesario
aparato de razones del que habla
Bachelard.
En
otras palabras, es oportunidad para el desarrollo teórico que dé forma al
objeto a investigar, a los métodos de asedio, a los criterios y valores. Lo que podríamos pensar es aquello que
nos oculta las causas de nuestros problemas e inconsecuencias actuales. Las
prácticas profesionales de la arquitectura no responden debidamente a las
acuciantes demandas sociales de un hábitat adecuado, justo y decoroso. Es
porque lo que podríamos pensar es, en gran medida una ideología que enmascara
las razones de nuestros problemas.
Por
ahora, la cuota de pertinente arrepentimiento intelectual radica en no haber
examinado con atención la constitución humana en los lugares que habita. Por algo
se empieza.
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