Louis Dericks
(s/d) Dos mujeres en un claro (1864)
Toda
habitación resulta de negarle lugar a alguna otra cosa.
Así,
el ámbito de reunión de las mujeres de la ilustración resulta de tomar posesión
del claro negado al bosque. Si las hablantes pretendiesen persuadir a sus
legítimos acerca de la oportunidad de construir algo, más árboles verían sus
horas contadas.
Toda
habitación es una intromisión, de donde conviene andarse con cuidado. El lugar
es habitado por genios o entidades sólo ligeramente sobrenaturales que, si se
las trata bien, acogerán con beneplácito a los intrusos; en caso contrario, la
vida resultará difícil allí.
Conviene
tomarse estos asuntos con la reverencia debida; la felicidad humana en los
lugares es asunto delicado.
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