Tránsitos y estancias en la ciudad furtiva

Louis Stettner (1922- ) Calle Amsterdam, Paris (1994)

Hubo tiempos en que paseaban plácidos los burgueses por su ciudad, sus calles, sus parques.
Pero ahora, las cosas han cambiado. Ni las ciudades, ni las calles, ni los parques ni los burgueses ya son los mismos. Son peligrosas las calles y frenéticos los tránsitos en estas; se circula con las manos en los bolsillos y las carteras apretadas. Apenas cae el atardecer, los parques se devuelven a la selva; merodean allí criaturas de oscura condición.
Las estancias se han vuelto problemáticas. Las residencias se enrejan, los lugares de trabajo se custodian con guardias, cámaras y hasta con perros. Los comercios huyen de las calles a cobijarse en las franquicias en los centros comerciales. Por otra parte, hay cada vez más gente que pernocta en los portales de poco uso, a veces con la mano tendida hacia el vacío.

La ciudad furtiva prolifera en poco amigables presencias. Se llena de Otros.

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