Abluciones, lavados, eliminaciones

Standard Sanitary Manufacturing Company Muestra comercial (1912)

La denominada sala de baño es un ámbito de inserción tardía en el interior de la casa. Concurren varios procesos históricos en esta irrupción.
Por una parte, se ha desarrollado una ardua ingeniería que toma el agua del ambiente, la vuelve potable, la distribuye en la ciudad, se inmiscuye en las entrañas de la casa y es devuelta al ambiente como agua altamente contaminada. Un ciclo antrópico domesticador del agua ha sido costosamente desarrollado, no sin pérdidas.
Por otra parte, el antiguo rito purificador de la ablución y la inmersión ha cedido lugar a la yuxtaposición de usos cotidianos que sólo tienen en común el uso intensivo de agua limpia: abluciones, lavados, eliminaciones. A lo excepcional de la purificación episódica le sucede la banalización cotidiana. Así, profanamos el agua depurada con todo tipo de sevicias, arrojando lejos asquerosidades malolientes y malsanas.
También concurre una renovada preocupación por la intimidad, el aseo y el arreglo personal. En lo hondo de la sala de baño aguarda siempre un espejo implacable.
Las antiguas maravillas del agua límpida y surgente se sustituyen ahora por la infamante domesticación de ésta en ocultas cañerías: ahora los falsos ídolos del fariseísmo contemporáneo son los aparatos de grifería y los sanitarios.

El agua, por su parte, suele vengarse de esta injusticia en forma de humedad por pérdidas.

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