Kawase Hasui
(1883- 1957) Lluvia en Omiya (1930)
Cuando
del habitar sólo resta una tenue luz, entonces domina la intemperie, el abandono
y una tristeza particular.
Las
luces del habitar resplandecen con un brillo cálido, trémulo e indefenso.
Entonces, la noche es más oscura, húmeda y fría, el cuerpo padece su ambiente y
añoramos el consuelo del amparo. En tal desarraigo podemos experimentar una
real pobreza, la penuria de la afueridad,
si cabe el término
Cuando
del habitar sólo resta una tenue luz, todo es lejanía, desamparo y una tristeza
particular que sólo cabe sentir antes de intentar definirla.
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