El confort no banalizado

Lovis Corinth (1858- 1925) Amanecer (1910)

Nuestra cultura contemporánea banaliza el concepto de confort promoviendo una falaz idea del relajamiento consumidor de chismes. Tan así que no faltan los moralistas que conciben el confort y su zona como la región de la molicie, la ataraxia y la ausencia de legítima y productiva inquietud.
El confort, en realidad, es asunto serio cuando se lo entiende como aspecto ético emergente de la calidad de vida. Alternar el esfuerzo con el descanso, el trabajo con el ocio, las realidades cotidianas con los sueño; tal la clave de la trascendencia del confort.

Una arquitectura al servicio de la condición humana está íntimamente comprometida con el confort no banalizado, con un legítimo fruir de la vida.

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