Puede ser un
lugar cualquiera del mundo1
Habitamos un mundo al revés por
la sencilla razón de que es un mundo que recompensa la especulación y castiga
el trabajo. Entonces es un mundo al revés porque recompensa al revés, recompensa
lo que debería castigar y castiga lo que debería recompensar.
Eduardo
Galeano
La
especulación inmobiliaria está destruyendo nuestras ciudades asistida
profesionalmente por una arquitectura funcional a sus designios.
Todos
y cada uno de las prescripciones de la arquitectura moderna se aplican
minuciosamente para ocupar el territorio con agregados residenciales que
empobrecen la riqueza y complejidad de los barrios y vecindarios. Vastos
predios son sembrados de viviendas como si se tratara de almácigos. La trama
viaria es un empobrecido sustituto de las calles tradicionales. Cada tanto, una
gran superficie comercial ofrece sus inmensos hangares al consumo cautivo. El
resultado es una colección de fragmentos de remedos de ciudad, en donde hay
un-lugar-para-cada-cosa, rarificando la viviente complejidad y riqueza de las
ciudades.
El
productivismo arquitectónico transforma las casas, las calles, los barrios, los
lugares vivideros en metros cúbicos construidos colocados en el mercado general
de las mercancías.
De
seguir este pseudo desarrollo urbano nos vamos a enfermar de tristeza.
1La
imagen ha sido publicada en
http://www.metroscubicos.com/articulo/consejos/2013/01/09/fernanda-canales-entra-a-casas-de-interes-social
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