Hacia una poética arquitectónica humanista (V)

Anton Laupheimer (1848–1927) Niño en la ventana (1927)

En la actualidad, la preocupación de los arquitectos se centra en el diseño arquitectónica de artefactos edificados. Pero cabe esperar en el futuro que algunos empiecen a prestar atención y dedicación a la promoción de situaciones humanas en los lugares.
En el horizonte de la práctica arquitectónica está empezando a dejar de desear el efecto concreto de unos edificios concebidos, desarrollados, diseñados, proyectados, construidos y hasta implementados como bellas vacuidades. Edificios que significan poco más que narcisismos y solipsismos personales, más o menos sórdidas operaciones inmobiliarias y una extendida indiferencia ante la ciudad y la vida de la gente.

Una poética arquitectónica humanista parte de entender que nada puede hacerse sin el concierto con la vida humana y nada puede ser más elevado y noble que apostar a ella y tenerla como aliada.

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