Módulos

Le Corbusier y Justino Serralta  El Modulor (1955)

La operación de medir es crítica para el arquitecto.
Si este profesional, además de la justa medida de las cosas, le preocupa el orden que compone al conjunto de estas cosas, entonces enfrenta al crucial problema de la Adopción del Módulo.
Antaño, las manos, los pies, los gestos del cuerpo dieron lugar a sistemas de medida que tenían un legítimo origen en la constitución humana. Pero la aritmética solía ser complicada. Por ello, un sistema tan sencillo como el decimal, tiene obvias ventajas. Pero el problema que un centímetro o un decímetro carecen de una clara referencia en el cuerpo, con lo cual, las construcciones, eficientemente calculadas con el sistema decimal, pierden su entrañable relación con los factores humanos.
Esto lo vio claro Le Corbusier en su formulación del Modulor. Fue una aproximación genial y en algo equivocada, como en tantas de sus cosas.
Se me da por pensar que, en un futuro, los lugares concebidos para el habitar del hombre se dimensionarán y compondrán con unidades corporales de compleja constitución, dejando a las computadoras el penoso compromiso con el cálculo.

¿Por qué no pensar en un módulo que responda al tempo de los pasos de una marcha, en forma análoga a los compases musicales? ¿O a unos micromódulos que registren la cadencia de los latidos del corazón o los ritmos de la respiración?

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