Carl Vilhelm
Holsøe (1863-1935) Salón (s/f)
Frente al diseño de una
vivienda un arquitecto debe dudar y reconstruir desde esa duda la noción misma
de vivienda, la lógica de su disposición física, de sus efectos simbólicos, de
las tecnologías que la concretan y de los principios de su relación con el
medio. No importa si el resultado final es original o no, si ese proceso de
reconstitución se refleja ostensiblemente en la obra, lo que importa es que la
obra será auténtica no por original o novedosa sino por originada desde sus
fundamentos.
Roberto
Doberti
Una
vez que se ha emprendido esa ruta o método que se origina en dudas y
extrañamientos que llevan a ajustes necesarios de ideas, nociones y conceptos,
se impone revelar la estructura profunda
del lugar habitable, sea en términos de vivienda, morada o casa.
Por
estructura profunda del lugar se entiende aquí la estructura primigenia y
original que sustenta la arquitectura de tal lugar. Sustento que es —antes que
físico— existencial, vital, humano. Hay que dar con la sustancia propia de la
arquitectura —la sustancia propia de la vida humana— y permitir revelar su
propia armazón sustentante, esto es, el modo que se manifiesta el contenido que
busca su forma arquitectónica.
Apenas
nos asomamos a inteligir, de un modo aún incipiente, ciertas revelaciones
parciales de tal estructura.
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