Heinrich
Vogeler (1872–1942) Anhelo (1900)
La cada vez más aguda crisis de
la vivienda es más bien una crisis de la habitación, entendiendo por tal, tanto
el contenedor espacial como el acto de habitar, ambas cosas a la vez. Este
problema desborda por completo a lo que corrientemente se entiende por
vivienda, pues el habitar tiene lugar también fuera de la vivienda, en el
contexto urbano y por otro lado ésta no se reduce a un mero instrumento puesto
a disposición de determinados sujetos, sus usuarios.
Eduardo
Serrano Muñoz, 2003
Hacia
1873 Friedrich Engels publicaba su Contribución al problema de la vivienda.
Este problema era una emergencia de la Revolución Industrial que trajo consigo
la emigración del campo a las ciudades, el crecimiento demográfico del
proletariado y una incipiente segregación socioespacial que generaba los
reductos obreros (slums). En aquellos
tiempos, el mero alojamiento era un
problema agudo que opacaba otros no menos ominosos aspectos.
Mientras
que sentido común liberal de la época ni siquiera estaba dispuesto a considerar
esta cuestión como un problema, el
término vivienda quedó circunscrito a
esa cosa satisfactora de alojamiento proletario. La conciencia social, a lo
largo del siglo XX, se aplicó a la fatigada tarea de impulsar, de un modo u
otro, ciertas políticas sociales que afrontaran, siempre en parte, esta cuestión de la vivienda.
Ahora
se abre paso la convicción que el problema es mucho más vasto, más profundo y
de mayor alcance que un problema social de la vivienda. Ahora se abre paso la
idea que el verdadero problema es el habitar de todos y de la totalidad
integral del hábitat.
Vivimos
tiempos interesantes
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