Río de Janeiro
Conseguir
un hábitat que resulte adecuado a nuestra genérica igualdad se dice fácil. Lo
difícil es conseguirlo.
No
basta con la consideración de las infraviviendas y los asentamientos
irregulares; cabe preguntarse por las yuxtaposiciones, las colisiones y las
difíciles coexistencias en el seno de una ¿misma? ciudad de despilfarros
insultantes e insostenibles enfrentados a amplias poblaciones aquejados de
carencias básicas. La patología está en
una y otra región urbana.
Porque
la ciudad de las infraviviendas, los asentamientos irregulares y su sufrida
población van en una cierta dirección, mientras que la ciudad opulenta e
insostenible va en otra. Y ambas, cada una en su dirección, van a sendos
callejones sin salida.
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