El
pensamiento arquitectónico no se restringe a aunar la crítica con la
proposición de alternativas.
Un
segundo punto especificador es que se trata de un pensamiento jerarquizador de
fines. A un fin principal deben supeditarse fines reputados secundarios.
De
esta manera, agregados complejos y problemáticos se transforman en estructuras
orientadas finalistamente, que se proyectan al futuro y se diseñan
efectivamente, en forma y contenido.
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